domingo, 13 de mayo de 2012

El 15-M vuelve a las calles un año después




El  movimiento 15-M cumplirá próximamente un año y las plazas de muchas ciudades españolas, con epicentro en la Puerta del Sol, se llenarán de personas indignadas para manifestarse contra un sistema económico y político que consideran injusto. En Madrid el acto principal constará de cuatro marchas desde distintos puntos de la capital que confluirán en uno solo: la Puerta del Sol.  Después, según han anunciado los portavoces del movimiento, volverán a realizarse “asambleas permanentes” en las principales plazas españolas. Por su parte muchos de los delegados de gobierno de esas ciudades se han apresurado en afirmar que no se violará el derecho ciudadano de reunión y se permitirá la realización de esas asambleas siempre y cuando no se realicen de forma ininterrumpida y terminen convirtiéndose en acampadas masivas. La reciente sentencia del TSJM al respecto es clara: “cualquier concentración que se realice el próximo fin de semana (12,13 y 14 de mayo) deberá ser entre las 12:00 y las 22:00 horas”. El sindicato policial, por su parte, estima que contará con unos 1.500 antidisturbios para la tarde del sábado. La Acampada de Sol ha respondido que “no respetará las limitaciones por entender que el derecho de reunión no puede limitarse”.

Pese al carácter pacifista del movimiento, están en el recuerdo colectivo la cantidad de altercados del pasado año entre manifestantes y policía. Ambos colectivos saben que los actos violentos les perjudican y desvirtúan su actividad. En su mano está que todo transcurra con total normalidad y sin violencia.

La fuerza con la que arrancó y se mantuvo el movimiento desde sus inicios se fue poco a poco desintegrando hasta dar la impresión de haber desaparecido; lo que parecía un movimiento sólido y asentado se fue diluyendo paulatinamente sin una concreción de propuestas y objetivos claros hasta perder todo su vigor inicial y dar la impresión de que se rendían, que cesaban su actividad.

Si quiere seguir adelante, el 15-M debe evolucionar y dar un paso más si de verdad quiere cambiar las cosas. Como ha dicho recientemente uno de sus integrantes “hay que pasar de las protestas a las propuestas”. En primer lugar existe una clara falta de concreción en sus ideas y proposiciones por lo que se antoja necesario, como punto de partida, precisar esas ideas y esos objetivos que se quieren conseguir. Además deben tener presentes que los actos violentos no hacen más que desvirtuar y desprestigiar el movimiento y carga de razón a los políticos para desmantelar las posibles manifestaciones futuras. En este sentido el movimiento debe continuar siendo, como hasta ahora, esencialmente pacífico. Además, por muy horizontal que sea su organización, es preciso que existan uno o varios líderes que actúen como portavoces y cabezas visibles del movimiento. Es posible que se necesiten escisiones del movimiento puesto que engloba a no pocas organizaciones con ideas y objetivos muy distintos, a saber: estudiantes, parados, desahuciados, intelectuales, economistas, militantes de partidos políticos, personas mayores, etc. Por último han de ser conscientes de las limitaciones que tiene todo movimiento ciudadano, de no pecar de utópicos ni de querer abarcar demasiados temas. En definitiva han de tener presente qué se puede conseguir (los avances conseguidos en la interrupción de muchos desahucios de viviendas, la Ley de Transparencia, la negociación de la dación en pago o el aumento de la concienciación y el debate político  entre la ciudadanía), y qué no  y de que los cambios importantes (el sistema bancario, el fiscal y el electoral, entre otros) precisan de tiempo, educación y madurez democrática para llevarse a cabo. 

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