martes, 15 de marzo de 2011

¿A qué espera la ONU?


El desastre ecológico y nuclear ocurrido en Japón ha eclipsado completamente el conflicto en Libia. Los medios apenas tratan el tema. Sin embargo la situación allí de los rebeldes es trágica. Cada vez más.
Mientras la ONU se demora en deliberar si actuar o no en el país africano y cómo hacerlo, las tropas de Gadafi avanzan sin freno hacia Bengasi, cpital de la revuelta. La resistencia rebelde, sin apenas organización ni coordinación, aguanta como puede e insta a la Liga Árabe y a Naciones Unidas a que actúen pronto, antes de que sea demasiado tarde.

La diferencia de formación y armamento entre un bando y otro es desmesurada. El sábado cayó Ras Lanuf, el domingo Brega (ciudad petrolífera importante) y hoy las tropas han conseguido ocupar Ajdabiya (último emplazamiento crucial que puede llevar tanto a Bengasi como a Tobruk, principal vía de suministro de los rebeldes). Según la versión de la televisión estatal "han tomado el control" de la ciudad y la "han limpiado mercenarios y terroristas vinculados a Al Qaeda".
Así las cosas, la cooperación internacional para frenar el avance del dictador se antoja no solo imprescindible, sino también urgente. Así lo hizo saber el sábado la Liga Árabe dando luz verde a una posible intervención en la zona y solicitó el cierre inmediato del espacio aéreo - que evitaría, o al menos complicaría- las masacres que el dictador realiza bombardeando las ciudades.

La situación no debe parecer tan acuciante a la ONU y al G-8, cuyos miembros se han reunido hoy y no han sacado ninguna conclusión. Salvo que, de momento, no intervendrán. El ministro francés de Exteriores, ha admitido que no ha logrado convencer a sus homólogos-EE UU, Alemania, Rusia, Canadá, Italia y Japón- de la necesidad de proponer la zona de exclusión aérea. Alemania y Rusia se han negado en rotundo.El representante alemán ha declarado: "somos escépticos porque tememos que, al final, la intervención devenga en una guerra que debilite el movimiento de democratización del norte de África. No quiero que Alemania se implique en una guerra en el norte de África". Por su parte, Reino Unido y Francia se han posicionado a favor.

Una vez más, queda patente la ineficacia de estas reuniones en las que todo resulta ser papel mojado y en las que nunca se decide nada. La ONU, por su parte, demuestra una vez más su nulidad e ineptitud y demuestra que únicamente se mueve por intereses. En este caso, el miedo a que Europa vea cerrado el grifo del petróleo es una causa mayor que respetar los derechos humanos. Sólo se posicionará del lado de los rebeldes si la situación se revierte. Algo improbable si Occidente no interviene pronto.