jueves, 1 de diciembre de 2011

¿Quién te lo iba a decir, Mariano?


A la tercera fue la vencida y Mariano Rajoy salió elegido presidente con una mayoría aplastante (186 escaños, frente a los 154 en 2008) frente a su principal adversario el PSOE (110, frente a los 169 en 2008) y muy por encima del resto de agrupaciones políticas CIU e IU (16, frente a los 10 en 2008) y (11 frente a 2 en 2008), respectivamente.

Pese a que los resultados han sido positivos para los partidos llamados “minoritarios”, y que habrá mayor representatividad y número de grupos en el Parlamento (13 en total, más incluso que en las primeras elecciones), la consecución de la mayoría absoluta por parte de los populares convierte el tradicional bipartidismo en “monopartidismo”. El PP tendrá luz verde para reformar (y recortar) cuanto se le antoje, así como derogar leyes o implantarlas a placer.

No olvidemos que el PP consiguió poco más del 30% del voto del censo electoral, esto es, de todos los españoles adultos que podían votar. Este dato tampoco confirma que haya habido un movimiento del voto hacia los conservadores. El voto del PP fue del 30,27%, siendo únicamente un 0,96% más del que consiguió en 2008 en las anteriores elecciones legislativas (un 29,31%). Paradojas de la vida (y del injusto sistema electoral español), con menos votos de los obtenidos en 2008 por José Luís Rodríguez Zapatero (y apenas medio millón más que los obtenidos por el pontevedrés ese mismo año), Rajoy gozará en la próxima legislatura de la mayoría más absoluta jamás obtenida por la derecha española. ¿Quién te lo iba a decir, Mariano?

La diferencia entre el mejor y el peor resultado de los populares es de apenas 500.000 votos, ya que cuenta con una fidelidad de voto impresionante. Y sin embargo que la que le ha otorgado la mayoría absoluta ha sido la arbitraria ley electoral. Si ésta fuese estrictamente proporcional el PP habría recibido 159 en lugar de 185, y se vería obligado a pactar. Especialmente sangrante es el caso de partidos como EQUO, UPyD o CIU; el primero, con 200.000 votos no contará con escaños; los otros dos, con 1.400.000 y 1.700.000 contarán con 5 y 11 escaños respectivamente. Es decir, mientras que el PP necesita poco más de 58.000 votos para conseguir un escaño, UPyD necesita algo más de 228.000 votos (hasta cinco veces más que a GEROA BAI). Así las cosas, los partidos minoritarios no nacionalistas necesitan mucho más votos que los grandes partidos para conseguir escaños, lo que dificulta sobremanera invertir la situación.

El debacle del PSOE (ha obtenido el peor resultado de la historia de la democracia, con la pérdida de cuatro millones y medio de votos desde 2008) sumado al leve aumento de los conservadores y a un sistema electoral no proporcional deja, en definitiva, un mapa teñido de azul (similar al de las municipales y autonómicas del mes de mayo), con la excepción de Cataluña y País Vasco (donde toma fuerza la vilipendiada AMAIUR, formación a la que, por cierto, se ha negado a recibir Rajoy según unas declaraciones recientes).

¿Quién te iba a decir, Mariano, que tras el “dedazo” con el que fuiste elegido Secretario General del Partido Popular por Aznar en 2003 y tras dos fallidos intentos, acabarías consiguiendo una mayoría absoluta más holgada que la de Aznar?

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