viernes, 4 de noviembre de 2011

La paradoja griega





Si una cosa está dejando clara por encima de las demás esta crisis económica es la facilidad con la que la economía primas obre la democracia. Y esto resulta especialmente hiriente (y paradójico) tratándose del país que vio nacer esta forma de gobierno: Grecia.

El caso es que se celebró recientemente una cumbre europea en la que se aprobó un rescate (el segundo) para tratar de salvar a la maltrecha economía griega por un valor de 8.000 millones (aunque realmente lo que le interesa a la Comisión Europea, BCE, FMI, etc., es que pueda pagar la deduda).

Pero el lunes, el primer ministro griego, Papandreu, dio un giro a la situación anunciando la convocatoria de un referéndum para que el pueblo decidiera si aceptaba o no el acuerdo. Fue entonces cuando Merkel y Sarkozy saltaron a escena para tratar de convencerle de que no era lo adecuado. Cómo vas a consultar a tu pueblo si somos nosotros (Alemania,Francia y “los mercados”) realmente los que tomamos las decisiones en Europa, debieron preguntarse la Canciller alemana y el Primer Ministro francés. Y seguidamente le amenazaron con cerrarle el grifo en caso de insolvencia e incumplimiento del acuerdo. Resulta cuanto menos extraño que el resto de ciudadanos de otros países de la eurozona no hayan empezado a reclamar lo mismo. Tampoco lo han hecho los medios de comunicación.

Lejos de ello, al día siguiente prácticamente la totalidad de la prensa continental amaneció con editoriales contra la democracia y la intención de Papandreu de llevar a cabo la decisión a referéndum.

Tras meses de huelgas generales y parciales, y una moción de censura que es más que posible que no supere, es comprensible que Papandreu haya optado por la consulta, que los ciudadanos decidan si están dispuestos a pagar la factura de sus deudas, esto es, si aceptan los recortes de salarios, puestos de trabajo, derechos sociales,etc.

Caben dos opciones: el 'no' supondría la salida de euro, a lo que, según los últimos sondeos, se opone el 70% de la población.

Desde 1829 se han celebrado ocho consultas en las que la tendencia es votar 'no'. En caso de que saliera ‘sí’ Grecia sería de nuevo rescatada y tendría que aceptar unas condiciones durísimas. Pero Papandreu saldría reforzado (habría sacado adelante el referéndum y la moción de censura en apenas unos días), dejando en evidencia a todos aquellos que cuestionaron la democracia.

Una cosa resulta evidente tras la semana trágica griega: los poderes financieros pesan más que la ciudadanía en las decisiones trascendentes (y casi me aventuraría a decir que también en las intrascendentes).

Como señaló muy acertadamente en una reciente entrevista el escritor Isaac Rosa: << A los griegos va a haber que bombardearlos, ya que se resisten a ser rescatados>>

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